Comenzaba José Lebrero, director del Museo Picasso Málaga (MPM) a recordar lo acontecido en la sesión de anteayer (los males del museo, la distinción entre el turista y el residente a la hora de visitarlo, la banalización del arte por la popularización.). Y también continuaron los ponentes rememorando. Casi evocando.

José Jiménez, catedrático de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Autónoma de Madrid, y Luis Puelles, profesor de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Málaga, mencionaron a Schopenhauer, Nietzsche, Gadamer e incluso a Platón en la segunda sesión del ciclo ‘Teoría estética y arte del museo’ dentro del Foro ‘Interpretando el presente’ organizado por el MPM. Lo hacían refiriéndose casi nostálgicamente a la pasada actitud de la contemplación de la obra de arte.

Así, el encuentro de ayer se especializó aún más, lo que conllevó, sin embargo, un aumento de la intervención del público. Y de eso, precisamente, se habló: de la intervención, de la interacción del espectador con la obra. Así, cree Puelles que la pieza se convierte en objeto. «La digitalización de la imagen permite su manipulación», defendió.

En esta línea, Puelles opinó que hay un «empobrecimiento debido a la virtualización. Hay muchísimos controles de seguridad en los museos, pero amplificamos el tamaño del cuadro para llenar una fachada de la Plaza de la Merced». Jiménez se sumó a este punto, ya que añadió que esa «reproducción intensa hace que el original se convierta en una confirmación. La gente no va al Louvre a ver una obra que ya conoce, sino a confirmar que realmente existe», dijo.

Pero el catedrático no quiso desdeñar el presente. «No me siento nostálgico de que ya no sea posible la contemplación porque tengo la alegría de que un niño pueda comerse un helado delante de una obra de arte. Eso implica familiaridad», explicó.

Siguiendo con el mismo tema, José Jiménez planteó «la conversión del museo en algo plenamente laico. La idea de estar a solas con Dios y hablar con él se traspone a la relación del espectador con la obra del arte», añadió el experto en Estética. «Ahora la obra sustituye a la divinidad: ha habido un paso desde la dimensión religiosa a la actitud laica», relacionó. «Ya no es válida la actitud de contemplación que exige respeto y veneración -continuaba Jiménez-; ahora emerge una nueva categoría de interacción».

Respecto a esto, Luis Puelles alegó que es importante «diferenciar ‘participación’ de ‘interacción’. No sé si una señora que se encuentra con un Murillo en una iglesia hace un ejercicio de participación en lugar de contemplación, pues le reza y cree que recibe su ayuda», planteó el profesor de la UMA. «No es la misma la contemplación del que reza que la contemplación del que puede valorar la obra. Lo universal es la estética», rebatió Jiménez.

No faltó el humor combinado con la sapiencia. «¿Por qué en los museos ya no hay bancos para sentarse?», se preguntó Puelles. «Con la alegría que nos han dado esos museos, resguardándonos en una tarde lluviosa de alguna capital europea mientras escribimos maravillas en nuestra moleskine», continuó. «¿Es temeraria esa pausa para ver la obra?», cuestionó a continuación alguien del público. «Creo que la pausa inquieta. Cuando me siento más tiempo de lo conveniente, los de seguridad empiezan a hablar por los walkie talkies», decía entre las risas de los asistentes. «Otra cosa que inquieta es que uno retroceda sobre sus pasos, volviendo tres salas atrás», añadía. Desde luego, con estos encuentros sólo es posible avanzar.

 

Puede ver algunos vídeos de José Jiménez:

José Jiménez, Qué es una imagen?
José Jiménez y la estética 1/2
José Jiménez y la estética 2/2