Son numerosos los congresos y sesiones académicas dedicados este año a la reflexión filosófica sobre el cine. No se trata de la acostumbrada lectura filosófica de contenidos cinematográficos, de las películas, sino de una clara vuelta a aquel pensamiento filosófico sobre lo cinematográfico y lo fílmico que fundó, con Münsterberg o Balázs, la teoría del cine. André Bazin pensó el cine antes de la era audiovisual. En los años noventa, el congitivismo de David Bordwell y Noël Carroll recuperó la lectura filosófica del medio cinematográfico superando la hegemonía ejercida por la semiótica en los estudios fílmicos desde los años setenta. No obstante, las conocidas historias de la teoría del cine publicadas por Francesco Casetti y Robert Stam a mediados de los noventa parecieron ‘clausurar’ con su relato la historia del pensamiento cinematográfico. Más recientemente, la consolidación de la llamada Film-Philosophy en el ámbito anglosajón y la continuidad de los estudios cognitivos han hecho que la reflexión sobre el cine ocupe un lugar importante en las discusiones de estética y filosofía académicas. Queda pendiente la recuperación de aquella gran tradición fenomenológica fomentada en Francia durante los años cincuenta —en el contexto situado entre Bazin y Morin— a la que se llamó […]