La revista Themata abre el plazo para la recepción de artículos para su nuevo número dedicado a “Confluencias estéticas entre cotidianidad y naturaleza”, bajo la edición de Rosa Fernández Gómez (Universidad de Málaga) . La sección monográfica se publicará en diciembre de 2025. Envíos hasta el 15 de septiembre de 2025.
En la segunda mitad del siglo XX, surgieron en el ámbito anglosajón dos nuevas ramas de la estética, la estética medioambiental y la estética cotidiana. Desde distintos ángulos, ambas cuestionaban la asociación cada vez más estrecha entre estética y filosofía del arte, generada en el moderno sistema de las bellas artes. Este último, sobre todo a partir de Hegel, relegó a un segundo plano, cuando no rechazó abiertamente, tanto la experiencia estética cotidiana como la experiencia estética de la naturaleza no intervenida artísticamente; ambas fueron cuestionadas por comprometer el deleite desinteresado, asociado entonces, de modo prioritario, al modelo de la experiencia del arte. De diversas maneras, las dos corrientes resonaban con la obra seminal de John Dewey, El arte como experiencia (1934), quien reivindicó la continuidad arte-vida (cotidiana) y sostuvo que la criatura viva desarrollaba una dimensión estético/artística de modo natural a partir de la interacción con su entorno. Los múltiples vasos comunicantes entre ambas áreas de estudio podrían sintetizarse en dos: el rechazo del arte-centrismo y la conexión entre ética y estética.
La estética medioambiental (ingl. environmental aesthetics), estética del entorno, o simplemente, estética de la naturaleza, tuvo un texto fundacional en el artículo de Ronald Hepburn “Contemporary Aesthetics and the Neglect of Natural Beauty” (1966) y poco después otro, de Theodor Adorno, quien le dedicó un capítulo de su Teoría estética (1970), (Tafalla 2019, 158). A partir de ahí, la agudización de la crisis ecológica no haría más que acrecentar la lista de autores dedicados a la materia, con Arnold Berleant y Allen Carlson a la cabeza. Además de una búsqueda genuina de la dimensión estética de nuestra experiencia de los entornos naturales y mixtos, se empezaba a pensar que la estética debía abandonar su búsqueda de autonomía y el deleite en lo puramente formal y unirse a la ética con el fin común de reconectarnos con la naturaleza a partir de una experiencia envolvente, multisensorial y desde nuestra conciencia ética y sentido de pertenencia al medio natural.
Por su parte, la estética cotidiana (ingl. everyday aesthetics) emergió con fuerza en el contexto académico anglosajón en las dos primeras décadas de nuestro siglo, tanto desde un enfoque analítico, con autores como Thomas Leddy, como desde un enfoque más fenomenológico y pragmatista, de la mano de Arnold Berleant y Yuriko Saito. Apoyándose en el sentido deweyano de la noción de experiencia, estos autores consideran la estética como una dimensión central de nuestra vida diaria, estrechamente imbricada con lo práctico y funcional, con lo afectivo y multisensorial y presente en actividades tan mundanas como tender la ropa, ordenar la casa, preparar y disfrutar de una comida o sacar al perro de paseo.
En particular, Berleant y Saito han subrayado la intrínseca conexión entre lo cotidiano y lo ambiental en monografías de gran repercusión (Berleant 2005), siendo la propia Saito particularmente explícita acerca del poder de lo estético para caminar en una dirección comprometida ecológicamente con una “estética verde y sostenible” (Saito 2007, 2017). Más recientemente, Saito (2022) ahonda en dicho vínculo estrecho a través de actitudes y valores concretos, relativos al cuidado y la resiliencia, valores que deben imperar en nuestra relación con la naturaleza en nuestro día a día.
Tras el primer número monográfico dedicado a la estética cotidiana en el panorama académico hispanohablante, con el título de “El poder transformador de la estética de lo cotidiano” (Anuario Filosófico vol.58, 2025), el presente volumen pretende continuar dicha labor divulgadora y, para ello, aborda una de sus derivas actuales más candentes. De este modo, sin dejar de tomar a la estética cotidiana como punto de partida y centro del debate, quiere contribuir a profundizar en dichas confluencias e intersecciones entre lo cotidiano y la naturaleza, con motivo de la experiencia y la acción vinculada a la estética.
De modo general, serán bienvenidos artículos que aborden temáticas en las que confluyan estas dos subdisciplinas estéticas. Entre ellas, sugerimos las siguientes líneas de trabajo:
- Cotidianidad y naturaleza a través de la experiencia estética: indagaciones sobre las maneras en las que se aborda la relación con la naturaleza desde la estética cotidiana; por ejemplo, en la relación que mantenemos a diario con plantas, animales y demás elementos naturales de nuestro entorno doméstico, o de nuestras zonas residenciales, como parques y jardines, etc. Una posible cuestión podría ser ¿cómo nos podrían ayudar estas experiencias estéticas de la naturaleza, enraizadas en nuestra vida cotidiana, a superar nuestro usual enfoque antropocéntrico hacia la naturaleza?
- Conceptualización y vivencia de la naturaleza y la temporalidad en relación con la experiencia estética cotidiana: ¿qué noción de naturaleza y de nosotros mismos podemos construir a través de la interacción con ella en el día a día y en conexión con la dimensión temporal cíclica que esta nos facilita? ¿qué relevancia tiene la atención estética en nuestro día a día para incrementar nuestra conexión con la naturaleza?
- Cultivo de la sensibilidad estética cotidiana y fomento de la educación estética desde un modelo de implicación y de acción participativa que contribuya al desarrollo sostenible. La estética social y relacional , con su énfasis en lo colectivo, tan centrales en la estética de lo cotidiano, tienen, en este sentido, una honda repercusión para concepciones estéticas con un claro compromiso ecológico.
- Estéticas de origen no-europeo, naturaleza y cotidianidad: la sensibilidad perceptiva descansa siempre sobre premisas culturales más amplias, y, en ese sentido, es conocido cómo las culturas extra-europeas conceden gran relevancia, tanto a la estética cotidiana como a la naturaleza y se enfocan en el fortalecimiento del vínculo humano/naturaleza a través de prácticas artísticas que se insertan en contextos cotidianos. En particular, las culturas asiáticas han desarrollado concepciones estéticas donde la naturalidad y la espontaneidad reflejan la efectividad de dicho vínculo y también han concedido gran protagonismo a artes donde la naturaleza se mezcla con lo cotidiano, como la jardinería.
Otras posibles líneas incluyen la estética ecofeminista y cotidianidad; la estética del tiempo atmosférico y de las atmósferas; tecnologías, atención estética cotidiana y naturaleza; entornos mixtos, como los rurales, como modelos para desarrollar conciencia estética verde; multisensorialidad estética y naturaleza; prácticas artísticas contemporáneas que traten estos temas.